punteos, loops y demases: cohesión más allá de la inmediatez

PALOMA MAMI - Sueños de Dalí (Sony Music, 2021)

/pop urbano/ El fenómeno Paloma Mami necesitaba llegar a una etapa decisiva: la del difícil primer álbum. En otros tiempos, cada banda o solista que venía de un disco debut exitoso se enfrentaba al segundo paso. Pero en el siglo XXI las cosas son distintas, y se valora más la canción suelta por las cantidades grandes que se alcanzan en las plataformas digitales. Sin embargo, todavía está la idea canónica de elaborar una colección sólida. La chilena nacida en Nueva York tuvo el acierto de no saturar metiendo gran parte de sus primeros exitazos. En cuanto al título del disco, Paloma dice que se refiere a que las ideas plasmadas en estas canciones, tal como la pintura surrealista del genio español, parten de ideas sin asidero racional o real, pero finalmente llegan a alcanzar un sentido. Aunque la lista de productores y compositores es muy grande, incluyendo entre los más conocidos a los ibéricos El Guincho y Rosalía, quienes la apañan en "Goteo" (suena a una Billie Eilish abducida por el reguetón, con sonido avanzado y una cierta poesía automática: Las penas van al mar/Y todo mi dinero va para comprar/Mirar pero no tocar/Mis curvas sólo sirven para derrapar), e incluso al boricua Gilberto Figueroa, alias Roa, pareja actual de ella, en SUEÑOS DE DALÍ hay una fabulosa cohesión que va más allá de la inmediatez que se desprende de los latidos urbanos de los últimos años. Paloma Mami no busca el perreo por el perreo ni el hit por el hit. Con su voz que es al mismo tiempo tierna y angelical, y alcanza una sensualidad firme, se desenvuelve hacia un futuro que la va a hacer más grande de lo que ya es. No decae en ningún instante. Además de las ya conocidas "For ya", "Religiosa" o la declaración de principios "Mami" (incluye mención a Nefertiti y una melodía que, vaya a saber si es intencional o casual aquello, parece citar "Hallowed be thy name" de Iron Maiden), esa fascinación natural crece en "Frenesí", "RDMDA", "Traumada", "I love her" o el R&B dulce de las breves "Mi Palomita" y "Dreams". Y en el minutaje final ofrece "Qué weá": su azote contra quienes la ningunean todavía, hablando en buen chileno. Y tal como ella lo anuncia siendo chica del tiempo en el video de esa misma canción, el Huracán Mami va a seguir su paso.