Pon tu cabeza sobre el muro carcomido
y notarás que en estas ruinas
queda algo del latir de pasos que llegaron hasta aquí
antes de ser cercenados por el fuego
en forma de hongo creciente
antes de quedar mezclados con el polvo y las lágrimas
de los perros perdidos y los pájaros
que sin conocer lo que haya ocurrido
han buscado que haya una vida nueva por conocerse
que tu cabeza encuentra por casualidad
y ya será tanteada por pasos nuevos.
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