Si la pregunta es más fuerte que la respuesta
el aire que se cuela entre una y otra
se vuelve una especie de veneno
seco
que va forzando el tránsito de las sílabas
que condiciona al interrogado
a dar una respuesta entera y granítica
o a ensayar jirones de otra incierta
que transforma el veneno seco
en lágrimas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario