No sabía que era tan fácil
Kika Silva
Realmente
no sabía
que era tan fácil
ser testigo directo
de cómo la crepitación
desde la cocina
del viejo rincón queda
como música de lo dorado,
como espectáculo aceitado
por lúbrico por engendrar
la dimensión de estas
papas fritas sin trampa
multinacionalista ni franquicias
gritonas; salen
al plato como trozos
de una vida
mágica que no está
tan lejos, entran
como casa por su Pedro
o su Juan González
que llega con un hambre enorme
y sabe que en estas papas
está la voz del deslumbre que
repite que no sabía
que era
tan
fácil.
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