Hilar fino desde la cortina manchada
por el óxido del tiempo que corroe
cuesta demasiado
si cada tanto llegan
quienes pretenden cobrar favores
de años lejanos
cuando en medio de las sombras rientes
y los vasos con pétalos sicotrópicos
les dijimos que eso
iba
a
ser algo claro
y nos iba a dejar contentos como fuese
Hoy todo parece estar cambiando
y el esfuerzo que se teje pide un gesto
que no sea de humo
sino de madera lúcida
pero estos
invasores del espacio periférico
que nunca fueron más que el humo del alquitrán
se han quedado pegados
víctimas del moho
del veneno encadenado
del óxido sin solución
que obstruye toda trama cuando no se pule.
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