Libertina, tu libre discurrir
me arrastra a liberar lo que no estaba
puesto en libre circulación, en flujo
que duerme libre y pierde eso despierto.
Me pones de cabeza, libertina,
con lo libre subiendo de color
ya líbero bien vestido y más tarde
libre de ropas vanas no sensuales
-que de eso sales libre, juegas siempre
caminando en trazos de un libro vero
escrito en jerga ignota, liberada
del peso formal. Libre eres encima
de mi erizar, gemir, caer, volver
a amar tu libertad tan ricamente.
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