A mí ni boletines ni ofertas de ollas chinas
ni invitaciones a clubes ni promos de ladrillos
historiográficos, para suscripciones
mantengo mi suscripción al vacío de los días
abiertos, de las sombras contradictorias,
de los paralelos líquidos, las esferas cuyo gas
no se nota tanto en la vecindad pero uno
desde su lista de apuntes ociosos
las eleva. La caja del correo está vacía,
las suscripciones intangibles crecen.
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