Del edificio más lejano suele ponerse en duda
si la luz que le llega
es del sol pálido
o de las nubes indolentes
si no es por aquello tal vez
será por las grietas que guarda
de tantos días serenos o tantas noches regadas
de alcohol y ventanales empañados
o por su quieta consonancia
con el cielo inestable de las manos
que lo construyeron nunca de los patrones
que duermen en otro continente.
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