El anciano relato todavía puede pulverizar
al dato puntual que se pasa de boca en boca
mientras esa cuña que advierte de lo posible
sea sólo un volador de luces vendido
por los que instalan imperios de plástico
y el relato confirme por enésima vez su impronta
de hierro épico de cuadro broncíneo que escapa
a las sirenas de liquidación de temporada dispuestas
a afirmar vencidas que el anciano relato es más sabio.
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