Retener el aliento de lo que ya
fue una escena burda
para
hacerlo papilla de parrafadas
o caldo espeso de estrofas:
es lo que nos queda
cuando
una hilera de carros
pasan de largo al vernos
cuando
el traje que nos ha acompañado
en demasiadas tardes
ya luce
con rastros de ser visitado por las polillas.
Lánguidos pasan los días,
áspera llega la sopa,
los papeles
de lo que cobramos se ponen amarillos
muy pronto.
Las hojas de lo que redactamos
podrían seguir la misma senda.
Menuda advertencia.
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