Para Igor Jovanovic
Ese sobre cruzó fríos y calores,
puertas y cortinas, hasta colarse
por un rajo de la entrada hogareña
y hacerme llegar esos símbolos
como cascadas casi sobrenaturales.
No he botado el sobre y no encuentro
una razón para hacerlo. Sí encontré el motivo
para seguir abrazando este aire
con ese objeto frente a mí: lo que Igor
supo condensar como pocos.
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