Ciertas aves van volando alto
chocando a veces con el sol o la luna
pero inesperadamente en sus tramos bajos
se dedican a perseguir a otras aves
indefensas, las someten
a picotones, se comen sus entrañas
y las mezclan con insectos viscosos
y luego vuelven a alcanzar
esas intensidades asombrosas
que cuando menos se lo imaginen
perderán por completo, convirtiéndose
en carnaza para las aves nuevas
que repetirán el mismo patrón.
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