Saltando sobre una cama elástica
que ya tiene rajaduras y resortes gastados
sus visitantes envejecen inconscientes
confiando en el alargue de su momento
sonriendo brillantemente estúpidos.
Lo cierto es que los menos seguirán saltando sobre el cemento
con ese mismo vigor y más maduros. Los otros caerán
al romperse la cama con el miedo
como sábana hipotética y paralizante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario