Esta brisa podría cortar lo que se le cruce,
golpe de aire que desafía incluso
a quien camina seguido allí. Tiemblan
los pétalos de la flor perdida, los postes
eléctricos y mi silueta difusa -o confusa
tras perder un poco de la miel acostumbrada.
La brisa es residente entre los ventanales
que apunta y hiere sin hacer sangrar.
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