Perro que ladra sí muerde
en esta vida y la otra, desde
el techo de la facultad y en medio
del tráfico, revalida su habla condensada*
frente a los uniformados con ánimo
pendenciero pues como se dice el can puede
detectar esas energías amargas, y luego
hacer de su ladrido un hilo conductor que incluso
lo puede llevar a ser tras su deceso
un héroe que sin pensarlo
estuvo del lado de los que pedían lo justo,
portando la sinceridad del cosmos**
a todo evento. Perro que ladra
muerde los harapos de la abundancia
que no llega a todos.
*Juan Calzadilla
**Ases Falsos
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