Esa piel es pura
membranza: fresca
membrana que cuando se rasga
concentra todo el placer
sonoro de ojos cerrados
en una tarde interior
de brisa jardinera y por
la intensidad de la caricia queda
remembranza definitiva,
sangre fiel al armonio,
palabra de húmedo pronunciar,
el choque de los nombres encontrados.
Piel que no quiere apagarse.
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