Yo no soy la noche: sólo entro en ella
pa verla sacudirse entre fragmentos
de cielo que se estrella contra un leve
remanente del calor del día ido.
Ya dentro de la noche oigo licores,
huelo voces calientes, veo golpes
de las piedras que quieren alisarse
y ser neutros cuartos, rincones solos
de una soledad que deja lágrimas
o se remezcla en secreciones hondas
que aspiran a un placer cosido al margen.
De noche los gatos se colorean
o se confunden con perras triunfales
que escriben y entran conmigo en la noche.
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