Cierto retrato tuvo que ser dejado
en ese daguerrotipo avanzado
con ese margen y esa enmarcación
para
que cierta mudanza abrupta
lo arrojase a un botadero
que mezcla el pisco con la orina
aguantando el sol ardiente
la brisa nocturna
la niebla y las heladas
que son epílogos de lluvias
y sin embargo
así de empañado y húmedo
sigue conservando ese aire elegante
que pone en la mente mil preguntas.
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