Se mira a ambos lados, se oye por uno solo
y se siente por el corazón algo que apenas
es un amor rígido dictado por los eslóganes
con los que bombardean las gacetillas y las paletas
en los paraderos. Tal acuarela incompleta
es el pan duro nuestro de cada día, la tarjeta postal
para quienes se rindieron tras rascar un muro
o vestir uniformes grises. Se mira, se oye, se siente:
lo que entra es materia que saldrá vacía.
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