Si nadie dice nada
y la nada invade estos asfaltos
que se fueron transformando
con las parrafadas de seres que quisieron
el todo por el todo, más valdría
nadar hacia otra orilla donde la nada
se recrea o se mastica encarnación
de pájaros o insectos incesantes,
dominio de voces que celebran
el eco de las trompetas
y de Vincent Delerm en el parlante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario