Fortaleza o laberinto, la soledad
de tan manoseada o manoseable
está cada vez menos sola,
se pone en el camino del que sea,
al corredor de fondo lo desnuda,
a la triunfante mesma cosa,
inspira clubes exclusivos donde
rompen a llorar escuchando
cierta canción de Morrissey y Marr.
No hay comentarios:
Publicar un comentario