No estaremos
por algún decreto
o norma lacrimógena
que nos inundará
estricta
pero al despedirnos
de este viento incisivo
deseamos que los que nos sucedan
encuentren el aire riente
se vistan de arcoiris
desafíen a las rejas plomizas
y conserven el código
de los trapos roñosos
esa gracia desaliñada
que no pudimos descifrar.
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