De dos espejos mal cortados hacerme
un doble con los ojos menos llorosos
la boca oliendo a lavanda
el vientre como una roca
las piernas como maderos
los pies grandes aplastando
de una nuez a una lata.
En una semana se engrandece
pero en un mes se quiebra
con la mínima lágrima
que esa sí es de uno. Cuando
las réplicas las hace un humano
se infectan del patetismo de su creador.
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