no es misterio para nadie
que las gaitas que suenan
diáfanas en un lugar de escocia
no son las mismas
que le suenan agudas y dolientes
en la cabeza a quien
se despierta duramente
camino a trabajar
con el peso de esa resaca bestial
y un peso moral que trata
muy lentamente
de reconstruir lo que hizo anoche
gaitero improvisado que sopló
hasta lo indecible para asombro
y espanto de unos y otros
a los que les debe una explicación
y mucho más que eso.
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