Por más que el barro saturado
de las voces imperfectas
se imponga por mucho
todavía busco una voz
limpia que lo diga todo
sin ensuciar sin explotar
vitriólicamente
una voz
que identifique la llaga
sin exagerar la llegada del dedo
allí
donde la pulsión se queda corta
y sólo alcanza a anunciar
la llegada de los comisarios.
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