Mirando hacia ese 21 de noviembre y la muy probable segunda vuelta, sé muy bien que no debemos apoyar que la derecha siga en La Moneda. Ni con un Sichel que podría ser un clon de Piñera, ni con un José Antonio Kast que tomaría las riendas con un enfoque ultrón, de visos pinochetistas. Tampoco da confianza un Parisi que no asoma la nariz, manejando su rollo por redes sociales desde Estados Unidos. Dicen que debe millones por pensión alimenticia. De tan ausente parece un flop lo suyo. ¿Qué monos pinta el Partido de la Gente? ¿Ah? En la cancha se ven los gallos, y a mi juicio sobre el pasto que sea el mejor posicionado es Gabriel Boric. Lo han querido aportillar por sus erratas de cifras en debates y entrevistas, lo han tratado de títere del Partido Comunista y han hecho una doña campaña del terror metiendo, cuéntense una nueva, a Chávez, o la dictadura cubana en el baile. El patio está polarizado, lo sabemos. Pero yo quiero ver una luz de esperanza en las barbas de Boric. Sus propuestas no son tan descabelladas. Más adelante se verá cómo se llega a cumplir. Gabriel tal vez no va a ser el Gran Presidente de la Historia de Chile, pero puede aportar en este momento difícil. Quiero subirme a su árbol. Lo que no logró Beatriz Sánchez, hoy parte de la CC, lo puede lograr este frenteamplista magallánico. El que con su juventud hará historia.
#Segu1mos
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