alguien soñó que el cielo
se ponía entre naranja y
rosado el arrebol se ampliaba
se desfiguraba caían pedazos
de algodón de azúcar saturando
todo junto a una
música igualmente
saturada en medio
del cielo reconoció
la guitarra de la portada
del Loveless de My Bloody Valentine
en algún lugar de estas tierras misteriosas
debe estar Kevin tocando el
último acorde suicida el
punteo que deconstruye los
ecos de las guitarras amachadas
las pone angelicales andróginas
y nos regala otro trozo de cielo.
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