Cuando donde deben estar las veredas limpias del pensamiento
tu cabeza se vuelve un signo de interrogación
el punto que va abajo de esa línea torcida se nota lacio
y pronto el signo completo se viene abajo dejando un vacío
sin ideas entusiastas: sólo la humedad de lo que se cree son lágrimas
moja esa baldosa gastada por la que pasaron los que propusieron
cambiar el pavimento sin pensar si el cambio sería para mejor
así que no te culpes en tu desespero:
no eres el único que pasa por este trance.
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