Si la imaginación de la imaginación* me alcanza puedo decir que
en ese lugar donde estábamos había luces rojas otras
púrpuras el olor mezcla de incienso común y espeso
aire tras mil orgasmos la cama no era de rosas era
de sábanas recalentadas las formas curvas eran carnes
gastadas por el uso mas todavía listas para la lucha la
triangulación de encaje era mínima lo justo lo necesario
para dar paso a la triangulación
definitiva que busca de cualquier manera el encuentro
definitivo en la caverna más profunda el jadeo seco
el grito húmedo el fin que es comienzo de otra tela cuando
encuentras algo que no pensabas
tener más allá la imaginación
se queda corta las palabras
no son suficientes nos perdemos
en el éxtasis de la memoria.
*Gonzalo Rojas, "Qedeshím Qedeshóth"
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