06 marzo, 2009

PUNTEOS, LOOPS Y DEMASES: contrastes (o ella se llevó todo el cariño)

EVELYN FUENTES + GEOSÓNICA
Sala SCD, Barrio Bellavista
jueves 5 de marzo

Esta fue la oportunidad que no podía perderme de oír a Evelyn, personaje de culto en la escena noventera, que cantaba en Christianes, ese núcleo noise pop creado por Christian Arenas y Cristián Heyne, con un solo disco publicado, ese ULTRASOL (1995) que contenía el hit "Mírame sólo una vez", tocado hasta en una teleserie. Después de mucho tiempo, esta mujer vuelve a asomar su cabeza y su voz, como ya lo ha hecho en algunos bares de este Santiago curioso; ayer, en una tarde calurosa, se apareció por la sala de Santa Filomena. Acompañada por Edison Argandoña en la viola da gamba, interpretó al completo los temas de SIN CULPA, su debut solista y autoproducido: son piezas que con lo mínimo consiguen una calidez especial, un remanso auditivo que los oyentes más atentos pueden hacer suyo, pues todavía quedan, en este mundo acelerado, personitas buscando lugares donde detenerse y contemplar. Los mejores momentos de esta muestra fueron: "Envuelta en llamas", "Viajo sin tocar la tierra" (esas dos canciones ya las había mostrado en Myspace), "Nostalgia", "Claro" y "Acompáñame". Como regalo final llegaron sus interpretaciones de dos piezas que entonaba en su experiencia anterior: "Marfil" y la mencionada "Mírame...", gestos que incitaron a apaludir como se merece a Evelyn, quien vestía de rojo y tacos negros, menuda y feliz con la recepción de un público que fue creciendo durante el desarrollo. Que esta mujer continúe sacando la voz es un acierto, útil para quienes la seguían en Christianes, y para los que puedan conocerla hoy.

El inconveniente circunstancial del programa lo tuvo Geosónica, proyecto unipersonal que acabó parándose en el escenario con escaso público: nada más que ¡cuatro personas!, sin contar al acomodador y los iluminadores, mientras los demás sólo deseaban estar cerca de Evelyn Fuentes, felices por lo ya vivido. El pobre hombre optó por reducir su show de 12 a 5 canciones, usando voz, guitarra y portátil, situándose en un territorio donde las presencias de Gepe, Javier Barría y José González se invocaban con agrado, al desgajar los versos repetitivos de "Caramelo" (nada que ver con Jazzimodo), el electropop de "Que bailes" (demasiado corto para que girara la bola de espejos) y los cambios de velocidad de "Nada", entre otras cosas. Merecía más público, pero qué le íbamos a hacer: Evelyn fue más fuerte, siendo más sutil.

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