15 agosto, 2017
MINIMALIAS Y MAXIMALIAS: el día en que el Metro ya no vende más boletos
Hoy, martes 15 de agosto de 2017, feriado por la Asunción de la Virgen, es un día histórico, al menos para los habitantes de Santiago. A partir de hoy el Metro deja de vender boletos físicos, esos pedazos de papel con una línea divisoria que se introducían en la máquina para que el torniquete dejara pasar. Ahora sólo se puede utilizar el transporte subterráneo ocupando las tarjetas de locomoción: la famosa Bip! para público general que impulsó el plan Transantiago desde hace 10 años (y que tuvo su prolegómeno con la Multivía); la Tarjeta Nacional del Estudiante (TNE) para quienes asisten al colegio, la universidad, el instituto o el centro de formación técnica; y la Tarjeta del Adulto Mayor (TAM; nada que ver con el grupo punk) para los viejos que necesitan pagar la tarifa rebajada. Se están empezando a suprimir las boleterías para dejar sólo máquinas de autoservicio que otorguen la chance de poner los billetes a la hora de recargar las tarjetas, tal como ocurre en la Estación Central. ¿Y qué pasa si yo todavía tengo un boleto? No hay problema: esos tickets están vigentes hasta el 31 de diciembre. Insisto en la importancia de este cambio. El Metro espera avanzar conforme se inauguran nuevas líneas y estaciones, tratando de superar esas fallas técnicas del último tiempo, y haciendo frente a la cada vez más creciente demanda que en las horas punta (muy temprano y en el franjeado de las 18 a las 20 horas) hace que muchos viajen como sardinas en una lata, y que las mujeres teman por su integridad, esperando que ningún animal las puntee o les agarre las tetas sin su consentimiento. Si tengo que hablar de mi relación con el Metro, puedo decir que cuando niño y adolescente adoraba viajar en él. Me gustaba leer los lienzos de publicidad, fueran de multitiendas, leche, cerveza, zapatos, programas de TV, desodorantes, bancos... Una vez llegué a viajar colándome en el torniquete sin pagar desde San Pablo hasta Escuela Militar, y de allí hasta lo que era entonces Pila del Ganso y hoy es San Alberto Hurtado. Pasó el tiempo, y la llegada del Transantiago convirtió el placer de viajar en Metro en una lucha por alcanzar un asiento para leer en el camino sin pescar a nadie, aunque por lo menos recibí el regalo de poder besuquearme con una tipa que me había tocado el paquete: mi devuelta de mano fue besarle las tetas en vivo y en directo (me pregunto cómo hubiera sido si ella hubiera querido tener sexo directo después, como si fuera una escena del DIARIO DE UNA NINFÓMANA de Valérie Tasso). Valor, santiaguinos todos, que aunque duela el precio del pasaje hay que cuidar el Metro nuestro. Adiós y gracias, boletos queridos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
punteos, loops y demases: nada es al azar
PRINCESA ALBA Como si Fuese Real (Sony Music) /pop/ La misma Trinidad Riveros que al inicio de este álbum recuerda el impacto de 2017 con &q...
-
Como ya lo dije aquí una vez, preguntaba cómo se llamará la modelo que ha aparecido durante los últimos años en campañas de Tricot . Y ten...
-
Alejandra Díaz Palestini es una favorita de la casa. Por lo mismo hay que destacar que ya ha puesto en marcha su nueva página web: www.alej...
-
Una de mis mayores aficiones en la vida es acordarme de actrices de las que nadie se acuerda. Pongo el ejemplo de una chica llamada Arantxa ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario