A las
19:45 de hoy martes, tras declarársele una muerte cerebral,
Daniel Zamudio dejó de existir. Cuando me puse al corriente de esta noticia, lo más justo que pude hacer fue gritar. Gritar de indignación. Porque sin duda hay que condenar lo que un grupo de enfermos, liderado por un tal
Pato Core (
The Clinic tuvo el acierto de desenmascararlos en un reportaje), hizo la noche del
3 de marzo en el
Parque San Borja: agredir a Zamudio
durante la friolera de 6 horas, dejándole un surtido de moretones y, lo que es más escabroso, tajos que formaban la esvástica nazi. ¿Neonazis? ¿A mí hablarme de seguidores de las ideas de ese conchesumadre de
Adolf Hitler, principal culpable del
Holocausto judío, en un país como
Chile, tan mestizo como
Latinoamérica entera, tan impuro en sus rasgos de
Arica a
Punta Arenas? No puede ser. Raza aria mi pichula, hueón oh. El MEIN KAMPF mis mojones diarreicos. Disculpen mis expresiones, pero no se justifica que golpeen a un chiquillo por ser homosexual, un muchacho al que le gustaba ir a la
Discoteque Blondie, alguien que tenía ganas de expresarse con la luz de su juventud. Una vez más nos toca ver la cara más oscura de la intolerancia de un Chile inmaduro, un Chile hipócrita, un Chile injusto. Se pide que la Ley Zamudio Antidiscriminación se promulgue cuanto antes, para pararle los pies a hijos de puta con demasiada caca en su sesera, capaces de hacer daño, de creerse, por la chucha, dueños de la verdad, releyendo lo que debería ser enterrado. Ajjjj. Y si se concreta la venida de
Lady Gaga, tal vez debería ella gestionar que exista en nuestro terruño una filial de la
Born This Way Foundation, para que haya más soporte ayudando a las potenciales víctimas de ataques afines y a sus familias.
DANIEL ZAMUDIO, TÚ DESCANSARÁS EN PAZ, Y DIOS TE GUARDARÁ EN SU REINO, PORQUE EL VERDADERO DIOS AMA A LOS HOMOSEXUALES Y A LOS RECHAZADOS POR LAS NORMAS SOCIALES DE PACOTILLA. NO SERÁS OLVIDADO.
PATO CORE Y PANDILLA, MANGA DE HUEONES PASAOS A CACA, LO MEJOR QUE PUEDEN HACER ES PASAR EL RESTO DE SUS VIDAS EN UNA CÁRCEL. OJALÁ SUS CONCIENCIAS LOS ATORMENTEN CADA MINUTO, CADA DÍA, MUGRIENTOS CULIAOS. ¡MÉTANSE SU ESVÁSTICA POR EL CULO!
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