PUNTEOS, LOOPS Y DEMASES: la rubia con pasado, y un mejor presente

NICOLE NATALINO
Sala SCD, Mall Plaza Vespucio
domingo 19 de julio

La ex miembro de Kudai, rubia y angelical como ella sola, en una instancia que daba para el arrejunte adolescente, o para la amenidad familiar, sacó a tomar aire a varias de las canciones que pueblan su acta de independencia, el largo ETERNIDAD (2008), bajo un manto electrificado. Tras una cortina de ambient con relámpagos, digna de algún single reciente de Sally Shapiro, abrió "Seré", una de sus cartas ganadoras, seguida por "Puedo respirar". Desde ese momento se advierte que el barniz rockero le calza por lo general, aunque a veces, cuando baja el tono de su voz, puede saturarla. Por eso mismo, en momentos íntimos como "Tú y yo solos" y "Volverás del silencio" brilla más. Bordeando la mitad del set, llamó a Javier Castillo, muchacho que ha militado en BKN, para marcarse un dueto con "Dulce esfera", errático a causa del micrófono que le tocó al susodicho, que además le dieron el pase para mostrar un tema de su inédita cosecha solista, "Puedo oír tu voz", cuya utilidad no pasó de ser la intermission para que la anfitriona se cambiara de atuendos (chao vestido, hola negro pantalón; eso me hizo recordar lo de Nicole, la actual novia de Sergio Lagos, en el Teatro Teletón, año 2006). Más tarde entregó su "Quédate en silencio", y se dio la maña de mirar hacia su estancia con los firmantes de VUELO (2004), vía "Quiero mis 15", y haciendo un medley durante el cual, por la poca onda que tengo con el universo kudaísta, me mantuve quieto (y pensando: se nota que ninguno de los Kudai actuales canta así de bien...). Hacia los últimos estertores, "Eternidad" se plasmaba, y al guitar man no se le escuchó su solo de electroacústica, pobre. No podía irse, y eso lo dijo ella, sin cantar el single que abrió la brecha para apreciar su aventura propia: "No hay más". Mención especial para un bajista de pintacha metalera (¡ese tatuaje!), que se reportó entusiasta con los coros. Nico mira hacia adelante, sin olvidar su trazo anterior, y su luz dista de apagarse. Ojo, que estará pronto en el festival Hechas en Chile, a realizarse en el Teatro Caupolicán.