Sus pantimedias pasaron a ser
parte del paisaje cuando las colgaba
en el balcón, y uno las veía
saliendo a comprar galletas o a tomar
el bus céntrico. Y parte de la noche
que me hunde en su aroma profundo
cuando su orgasmo es el mío. Las pantimedias
en mi sillón, en el tendedero, en mi vida
que ya es suya, elástica mi obscena.
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