*Eduardo Anguita
En esta mesa las señoras bebieron su té,
y las manchas del mismo sobre la mesa
son más oscuras que el té mismo, son
el testimonio afortunado de cuando dos visiones
contrapuestas se acercan aunque sea sólo por un atardecer
y consiguen trascender los malos trascendidos
y el agua amarillenta. Se diría que estas señoras
lograron incluso trascender los chismes de siempre.
A ver si los señores que toman pisco sour en la esquina
llegan al mismo consenso que ellas. Y que sobrevivan
ellas mismas para contarlo.
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