¿Uno vive del odio
o el odio vive de uno?
¿O tales flemas irritantes
sólo esperan su turno formal
(si es que hay formalidad en ello)
para hacer un papel
que según el nivel de densidad
puede ser influyente
con todos sus detalles conocidos
o parecen un ácaro que asoma
sin razón?
Responder
será complicado.
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