Lo que pasa es que eso dejó de pasar
por recibir el punto final o por abandono
de cualquiera de sus elementos. El
paso de las hojas verdosas al mugrerío
no es cómodo para nadie si media
un hilo cortante que uno sólo
lo que le da la gana, a moros
con anticristianos, a socialdemócratas
con nazis, a peras jugosas
con manzanas oscurecidas por la
putrefacción. Cierras los ojos y te percatas
que lo hermoso dejó de serlo
aunque tu ilusión fuese la mejor de todas.
Pasó la vieja y sólo sus recriminaciones quedan.
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