MINIMALIAS Y MAXIMALIAS: David Nalbandian y su repudiable sobrerreacción en Queen´s

No tengo recuerdos de algún incidente parecido a lo que ocurrió con el tenista argentino David Nalbandian, quien el domingo pasado disputaba la final del Abierto de Queen´s, campeonato disputado en pasto previo al Grand Slam de Wimbledon, jugando contra el croata Marin Cilic. El primer set lo ganó el trasandino por 7-6 (7-3 en el tie break). Cuando Nalbandian pierde el séptimo juego y Cilic queda 4-3 adelante, el primero se irrita al punto de patear el pequeño lienzo de Nike que cubre a un juez de línea sentado, y de pasada deja al pobre hombre con una pierna sangrando. Acto seguido, el organizador del torneo agarra el micrófono para anunciar por todo lo alto que el sudamericano queda descalificado, y su rival es declarado campeón, mientras David pierde todos los puntos y el dinero ganados durante el campeonato y deberá pagar una multa. En verdad, no es la primera vez que este argento demuestra lo peor de sí, ya que en el circuito ATP ha tenido varios desatinos como, por ejemplo, haber insultado a un juez de silla en el Abierto de Viña del Mar 2002. Saber de esto nos trae a la mente de nuevo a ciertos tenistas cuyos exabruptos son recordados. El enojón más ilustre es, sin lugar a dudas, el gran John McEnroe. Tampoco olvidemos a Jeff Tarango y al marroquí Younes El Aynaoui, que durante un partido con Marcelo Chino Ríos llegó a romper de puro quemado una raqueta... ¡contra su propia cabeza! ¿Será para tanto? Y si se trata de barrer por casa, Fernando González (a la hora de romper raquetas contra la arcilla) y Nicolás Massú (cuando le da por gritarse a él mismo cosas como: ¡puta que soy hueón!) han tenido sus momentos notorios de molestia. Pero a ninguno le he visto algo tan insólito y absurdo como lo de Nalbandian.