MINIMALIAS Y MAXIMALIAS: la última pesadilla

Los sueños no se eligen la mayoría de las veces, y en esa dinámica entra que en el último de ellos estaba yo dejando mis utensilios de comer en el patio. Luego me retiro a ver televisión. A los siguientes 30 minutos encuentro que no están: mi vecino me cuenta que pudieron ser unos ladronzuelos que andaban cerca del lugar. Lo bueno fue que no salí de la pesadilla gritando. Mientras completaba mi dosis de descanso morfeico, pensaba en la pelolais fabulosa que estaba cerca mío anoche, durante el show de The Young Knives (ya me referiré a eso de forma completa): ella sí es de ensueño, guachona con alma. Si todo va a peor en el ítem de sueños, allí me puede aparecer Machine punteándome. Cosas de esta vida...