MINIMALIAS Y MAXIMALIAS: la violenta agresión de Pamela Díaz a Sergio Rojas

La semana pasada, durante una emisión de PRIMER PLANO (Chilevisión), ocurrió que Pamela Díaz Saldías, de quien se emitió una entrevista grabada que le dio a Fran García-Huidobro, estaba en camarines esperando a Esteban Morais, su actual novio, y de repente se encuentra con Sergio Rojas, ex conductor de RVI Extremo y actual panelista de EN PORTADA (UCV TV), cuya intervención al aire quedó en nada por falta de minutaje, quien había declarado conocer datos sobre supuestos oficios turbios que habría ejercido su madre. A la ex participante de PAREJA PERFECTA (Canal 13) le molestó sobremanera esa cuña, y al pillar al susodicho lo empapeló a groserías, le tiró champaña y le pegó un charchazo que le dejó marcas.

Puesto a analizar esta cruda situación, primero voy por Rojas. Que este muchacho haya hablado de la mamá de la Fiera y de esa supuesta información delicada en el espacio que conduce Daniel Fuenzalida, de la forma que lo hizo, fue un despropósito total. Por querer ser el más bocazas, el más "sanguchito de palta", el más hiperbólico y gracioso, el más payasete, le salió esa vez el tiro por la culata. Rojas hace bien el papel de bufón opinológico, igual que Juan Pablo Queraltó en las huestes de SQP y PP, y por eso lo respeto. Pero no puede pasar a llevar a todo el mundo con sus manierismos. Cuidadín, chiquillo.

Pero, y aquí quiero ser enfático, tampoco justifico que Pamela Díaz vaya y le saque la cresta a Sergio Rojas. OK, si te tocan a tu madre tienes todo el derecho del mundo a quejarte, pero no era buena idea utilizar la agresividad física como comodín. Más si ella viene de ser hecha bolsa por la opinión pública, incluyendo cuentas de Twitter y Facebook (donde se creó una página llamada, derechamente, No a Pamela Díaz), por su participación, da lo mismo si activa o pasiva, en las agresiones contra Kathy Bodis en PAREJA PERFECTA (según la Negra, Ms. Bodis se metió en donde no debía, y por eso le pasó aquello; ay ay ay...). Le hizo falta que un amigo o un asesor comunicacional le recomendara contar hasta 10, hasta 100 o hasta un millón si fuese necesario. Por querer arreglarla, Pame la caga peor. Cuidadín tú también, chica.