MINIMALIAS Y MAXIMALIAS: nuevo día de furia de Raquel Argandoña ("collar me, don´t collar me..."*)

*R.E.M., "Orange Crush"


Volvemos a presenciar un acto que da vergüenza ajena. Raquel Argandoña respondía las preguntas de una reportera del programa INTRUSOS (La Red) sin problemas, hasta que la mismísima madre de Kel Calderón se molestó con ella, increpándola de manera prepotente, cogoteándola lisa y llanamente y de pasadita agrediendo al camarógrafo que acompañaba a la víctima. ¿Por qué se enojó esta señora? Porque cuando esa muchacha le pregunta qué opina de los varapalos que en Twitter le daba su hijo Hernancito, diciendo que ella es una mala madre y sólo le interesan la tele y el billetón, Raquel considera que esas son estupideces, y que no quiere que hablen de su hijo. Esto no es nuevo, señores. La ex conductora de Vértigo ya ha maltratado a otros reporteros: a una chica que trabajaba para PRIMER PLANO (Chilevisión) le dio golpes con la puerta de su auto, a César Barrera (cuando trabajaba en PP) lo abofeteó y le quitó el micrófono (escenita que también fue diseccionada en este blog), y a otra chiquilla casi le saca la cresta cuando se le hablaba de una hipótesis planteada por Pamela Jiles sobre un supuesto interés amoroso en Pablo Schilling, novio de su propia hija. Raquel Argandoña no puede andar por la vida con unos modos cercanos a la Ley del Talión, eso que Vanessa Miller le cuestionó ¡en su cara!, durante un capítulo de SECRETO A VOCES (Mega), ni le corresponde coartar el derecho a hablar sobre ella y sus hijos, más cuando el grueso de lo que le ocurre se hace público, se televisa, se expone en revistas tipo Cosas, Caras y Vea, e incluso se ventila en internet, tal es el caso de las críticas de Hernancito. Más de una vez he dicho que respeto a la Argandoña, por su trayectoria televisiva y su desplante (su desempeño en la miniserie La Quintrala fue sobresaliente), pero lamentablemente no puedo defender lo indefendible. Patéticas sus maneras. Me acuerdo que Pamela Jiles, antagonista potente y valiente de Raquel, llegó a decir una vez que la próxima vez que esta vieja hueona (Tanza Varela dixit) le pegue a un reportero ella misma iría a sacarle la chucha, en un arrebato de desesperación que yo también lo puedo tener. Aunque la violencia per se no se justifica, igual me gustaría que la Abuela lo hiciera. Y digo más: qué pena que la Kelita tenga una mamá tan prepotente. Y qué mal que la novia de Schilling defienda la faceta agresora de su madre en sus tuiteos. ¿Acaso quiere esta vieja de mierda que quienes vayan a preguntarle hueás lleguen con casco y chaleco antibalas?