INFOLIOS DE ESTE TIEMPO Y OTROS: el hasta siempre de Carlos Fuentes

El martes 15 de mayo falleció un gran personaje de la literatura mexicana e hispanoamericana en general, contemporáneo de Mario Vargas Llosa, Julio Cortázar, José Donoso y varios más (actores importantes de aquel boom de la narrativa latinoamericana en los sesenta). Hablo de Carlos Fuentes Macías, quien había nacido en Panamá, el 11 de noviembre de 1928, hijo de padre diplomático, llegando a pasar su infancia en ciudades como Montevideo, Buenos Aires y Santiago de Chile (a principios de los años cuarenta). Una hemorragia causada por un problema gástrico le hizo perder la vida a los 83 años. Su cuerpo será cremado, y sus cenizas se depositarán en el Cementerio de Montparnasse, en París, capital de Francia. Fuentes fue un intelectual de gran nivel, un autor muy prolífico que obtuvo premios como el Cervantes en 1988 y el Príncipe de Asturias en 1994. De su extensa obra que incluye novelas, cuentos, ensayos y obras de teatro, se pueden mencionar libros como LA REGIÓN MÁS TRANSPARENTE (1958), LAS BUENAS CONCIENCIAS (1959), LA MUERTE DE ARTEMIO CRUZ (1962), AURA (del mismo año), CANTAR DE CIEGOS (1964), CAMBIO DE PIEL (1967), TRES DISCURSOS PARA DOS ALDEAS (1993), LA FRONTERA DE CRISTAL (1995), EN ESTO CREO (2002) y CONTRA BUSH (2004). Como lector, sin duda valoro haberme devorado LA MUERTE DE ARTEMIO CRUZ en la edición de la Biblioteca Básica Salvat (más de 200 páginas, letra liliputiense), texto en el que Fuentes abordaba las horas finales de un hombre mediante una narración a tres voces: la de Cruz agonizando, la de la conciencia suya, y la de un narrador omnisciente que narra los días claves en la vida del protagonista, con el esprit de James Joyce y William Faulkner muy presentes. Importante: hace una semana, Carlos visitó Chile, país del que tenía seguramente buenos recuerdos. Al morir, tenía terminados dos libros que pronto serán editados, y otros más que quedaron inconclusos. Toda una voz escritural con pedigrí fue la de Fuentes, la cual hay que seguir leyendo y releyendo y requeteleyendo.