PUNTEOS, LOOPS Y DEMASES: Anamlor Smith y el juicio de los sentidos

Anamlor Smith es como se identifica una mujer que viene haciendo música desde la medianía noventera, cuando estaba en la banda Cruela, y que más tarde haría sus primeras incursiones en campo electrónico junto a Djef, en el proyecto Saudade. Una forma de acercarse a ella, bastante provechosa, creo yo, es escuchar su aporte al disco colectivo OSCILACIÓN VOL. 1= POESÍA + ELECTRÓNICA (2004): esos 9 minutos de dub espeso que musicalizan el poema "Thera" de Kurt Folch. Después de tanto, tanto tiempo, Ms. Smith se viste de largo y se destapa con AMINTA (Pueblo Nuevo, 2008). Definir ciertos discos como viajes sensoriales no va a sonar nada nuevo a estas alturas. Sin embargo, ha de aplicarse el concepto en una producción que va atrapando, seduciendo, abriendo sus posibilidades en pistas extendidas que dan valor a la belleza, sin escapes frívolos. Desde que suena "Bigotes de fibra óptica" (título candidato al más freak de un tema nacional, en disputa con el "Cordero UFO" de Jirafa Ardiendo) con sus alcances interestelares tipo Plaid, la cosa tiene sentido. En la titular, ella canta y nos muestra el pedazo de una historia, la búsqueda de un espacio limpio, un refugio (en un aeropuerto blanco, ahí nadie la va a juzgar). "Inguz" tiene un poco más de vibración bailable, sin perder la elegancia. El viaje de AMINTA prosigue, a veces acompañada por un conejo y en otras por un felino ("Cat star (Hermano gato)", lo más breve aquí), tomando el atajo etéreo ("Dindispace") hasta aterrizar sin dejar los sentidos estancados ("Suna", otra para tomar el micrófono). Esta es una travesía que pide a susurros quedarse en nuestros oídos. Un first album que rezuma microhouse desde una torre dub con ventanas pop, y que en una de ésas podría ser metido en la etiqueta emo-techno (eso que acuñaron hace casi dos años en la Go Mag; yo no me fío de usarla). Posiblemente, el mejor disco electrónico made in Chile del año. Los sentidos sí van a juzgarte, Anamlor...