darse vueltas una y otra vez en un charco
de sangre
sólo para contar detalles burdos
insoportables
y alimentar la curiosidad
malsana
perdón pero yo no quiero esta porquería
darse vueltas una y otra vez en un charco
de sangre
sólo para contar detalles burdos
insoportables
y alimentar la curiosidad
malsana
perdón pero yo no quiero esta porquería
Del puente de madera
con aleaciones de fierro
al puente tierno de tu mano
busco llegar antes
busco llegar mejor
que en momentos donde la prisa
empapa y satura
revuelve para peor
lo que llevo
busco evadir las vías muertas
rumbo a tu carretera de abrazos
Decían que había un millón doscientos
sobre el asfalto de Santiago gris
llamando a revisar el infeliz
estado de las cosas -peso muerto.
Decían que sus ecos en el viento
hacían sonar gritos de un matiz
firme y rabioso; lúdico el tamiz
desafiaba ese conformismo tuerto.
Otras veces las cifras se equivocan.
En esta no, porque los de este baile
no sobran sino buscan que lo digno
sea costumbre, aliento en estas bocas
que luchan para que no falte aire,
para que el peso no sea único signo.
Toda flecha (por cromada que sea) da cuenta
del patetismo del arquero que la arroja, del veneno
(por canónico que sea) que había en sus manos
al traspasar el aire, del creerse cupido ansioso
y mearse sin épica.
Pastores (supuestos) de almas que saturan repitiendo
lo que las biblias empastadas cuentan mejor
silenciosamente. Si cuidaran ovejas
ellas arrancarían sin dudarlo.
Me arrastro a duras penas para alcanzar el café
ese polvo instantáneo que habrá de sostenerme
por algunas horas en que el hierro del día a día
y el opio de la ilusión tiran de mí sin piedad
qué piedad puedo tener si en el balance
cruel voy bajando lentamente y mis respuestas
son espejismos a los que no los salva
ni una taza de café.
Si el tema a abordar
es un país duro
enclenque
poco leído
con poco oído sereno
y un porcentaje
rácano
de interés
en el
prójimo
aunque no sea
próximo
(salvo que
sea por
su patrimonio
en diamantes
y lingotes)
mejor
cambiemos
de
tema.
Unir mi calor desvaído
a tu calor vibrante e incansable:
esa es la constante
por la que sigo deslizándome
y cayéndome de espaldas
en un terreno que es azar
o una incógnita tras otra:
el juego de antifaces
que propones y acepto
encantado que allí me derrotes.
El visitante que arrastra sus pies
corre el riesgo de sentir que ese paseo podría ser el último
si se prueba que andaba moliendo piedras añejas mientras
pensaba en ser el alma de una fiesta
que nunca fue suya.
Observo el ir y venir de la multitud
desde mi cáscara solitaria, las costuras polimorfas,
los músculos enseñados en el frescor, las cabelleras
tornasoladas o de un gris plata,
los estilos de baile morenos,
los abrazos de corte amistoso
o los enlaces besucones que después
tendrán secuela corpórea
más intensa. Hay detalles perceptibles
y otros más milimétricos
que me resultan incómodos, redundantes,
absurdos o vacíos al punto que creo
que fundamentan mi refugio refractario
en esta soledad solemne invadida
por rayos casuales. Pero al fin y al cabo
sé que no puedo renegar de la multitud:
sus huellas son necesarias, sus miradas
la suma de otras soledades más complejas,
sus voces la música que valida el latido del mundo.
Contrapongo
a la conocida
luz blanca y friolenta
desas luces
presentes en el encuadre
de estas esquinas y de
las salas rutinarias
que me ven entrar
hablar
e irme
la fresca y cálida luz
que hay
en tu azulina forma de aterrizaje
lo que mantienes en todas partes
lo que sólo algunos conocen
como uno mismo
espectador
y más que eso sí te doy este tiempo
moribundo que lo salvas
de la asfixia de la luz fría.
La tesis que uno ha sostenido acerca de la etapa 98-99 de Radio Concierto como prefiguración de lo que Sonar FM iniciaría en 2009, bueno, queda completamente validada. Alfredo Lewin y Fernando Mujica fueron parte de ese momento vibrante, donde se la jugaron por el rock en su esencia más poderosa, marcando a una generación que sintió el cierre de ese proyecto como un golpe duro.
Sin embargo, la fuerza del destino logra que el ex conductor de MTV y quien dirigió Insanity (revista metalera) y Extravaganza! (en dos etapas) vuelvan a estar juntos en la propia Sonar, al frente de ROCK & GUITARRAS, un espacio que va de lunes a viernes a las 14:00, el cual revive por todo lo alto ese concepto, esa intención de valorar aquella música, más allá de los algoritmos y lo que recomiendan en la web (donde la payola igual está presente, no me digan que no), más acá de la pasión por comprar cassettes, cedés o vinilos e ir a conciertos, sin dejar de ahondar en historias y anécdotas sabrosas. Este es el mejor regalo que Sonar le hace a sus auditores en su aniversario 13. R&G de momento tiene como columna vertebral la pregunta del día, en torno a asuntos clave del rock mismo, y El Disco de la Semana, revisión de alguna placa esencial, sana costumbre que Alfredo ha mantenido en otros programas recordados como Frecuencia Rock, Haciendo Show, Sonar Clásico o Mundo Sonar. Dios (o quien corresponda) los cría, y la 105.3 los junta otra vez. Y la voz continuista de Patricio Gutiérrez no duda en decirlo: El rock no ha muerto. ¡Vivan las guitarras!
me sorprendo mirando lo que es
ante los ojos de cualquiera un baile recreativo
en el cual algo de ese esquema
quebrándose o zigzagueando pasa a trascender eso
busca otra danza implícita de tan entusiasta
una espiral tribal casi desconocida
que ya quisiera ubicar mejor
que apunta a algo que olvidamos
en el cruce de esquinas pragmáticas
alejadas del placer.
Pasar un día entero
de fragmentaciones
y bloques de hielo y cemento
que rediseñan de manera
estridente
el paso de cada uno
como peaje asumido
para llegar a contemplar
la noche y su cielo
color paquete de vela
esa envoltura real sin nubes
esa eléctrica lámina iluminada
que evade el peaje de lo chillón.
la borra de la lluvia
distorsiona los árboles
-los cruza con las luces
de los postes
a punto de apagarse
-a punto de ahogarse.
Si se trata de embriagarme eso
ya lo hice antes del vino y del licor
de flores silvestres me embriagué
con tu parloteo a la vez bien definido
a la vez caótico y chillón con desvíos y
sendas veloces que no me dio tregua
para mi fragmentaria felicidad para que el reloj
quedara desfigurado el paso de la noche al día
no se siente y tu rastro fue lo que quiero recuperar.
Usted cree que el tejido
de las cosas vistas pasa
por hacerles dos muecas
y vestirlas de blanco y negro.
Pero en realidad
toda esta puesta en escena
tuvo fríos lazos (escarcha
como agujas insolentes)
y soles que golpeaban
en horas inadecuadas
con monsergas muy gastadas,
con martillos burdos que hoy
se ven horrendos. Tras esto que ve
hay un esfuerzo para que
este tejido cubra a cada alma
que huye del hórrido esquema
en el que gente como usted cree.
A la luz tiznada, tóxica, odiosa, tergiversada o chucheta de las viejas y nuevas circunstancias, Chile se ve como una herida extendida, una llaga hedionda que mezcla sangre, putrefacción (moral y del aire) y lágrimas ante las cuales no corresponde hacerse el leso. Sin embargo, de vez en año, de año en lustro, de minuto pétreo en hora fresca, surgen flores coloridas, pétalos sorpresivos, hojas y ramas que cambian el aspecto de esta herida. De esta costra conflictiva y conflictuada que se fortalece con el entonar del Himno que ha hecho vibrar al mundo. Sólo falta que la opresión se siga reduciendo en todo rincón. Y otras cosas que no puedo nombrar.
todas estas palabras se tragan
se consumen
se engordan por la vía
de los frisos barrocos barriales bestiales
cuando se apagan son vómitos aceitosos
que se adelgazan
en letra chica
nota al pie demacrada
aforística que punza pide que el viento llegue
o que el silencio mayor sea el árbitro
las palabras son el reflejo de alguien
o de nadie
Una foto borrosa
de un momento X
(una botella
de cola compartida
entre 4, la carne asándose,
el retoque frente al espejo,
la piel frente a la piel
o el grito frente al abuso)
puede recapitular la gloria
deseada o alcanzada
o apenas
ser un trozo de historia
que en su textura borrosa
muestre a la persona
o al objeto como punto muerto
de un panorama devorador:
mientras se vive y se camina
el mundo te borra y te niega.
La secuencia ya es conocida, pero bien vale la pena volver a recordarla:
Sin estallido (catártico, traumático, furioso, simbólico, épico; a cada cual su interpretación) no hay acuerdo del Congreso (19 de noviembre de 2019). Sin acuerdo no hay Plebiscito de Entrada (25 de octubre de 2020). Sin primer triunfo del Apruebo no hay elección de convencionales. Sin trabajo de la Convención Constitucional (lastrado por la derecha, la difunta Lista del Pueblo -con el Pelao Rojas Vade como bufón mitómano-, la comisión medioambiental y personajes como Fuad Chahín o el cada vez más ridículo Renato Garín) no tendríamos el verdadero fruto de este proceso: el borrador definitivo de la Nueva Constitución, tras pasar por la Comisión de Armonización. Se le entregó al Presidente Gabriel Boric en la sesión de cierre de la CC, el 4 de julio de 2022. Y eso da pie a que este 4 de septiembre se realice el Plebiscito de Salida.
Tras revisar el borrador en una lectura rápida mas atenta, ya que soy sólo un ciudadano y no un leguleyo, ni un politólogo, ni un comunicador presionado por la muela y el pálpito cruel de la opinión pública, apenas encuentro unos artículos con los que no estoy tan de acuerdo: esos sobre materias de justicia vecinal, medio ambiente (lo cual reafirma mi parecer sobre esa comisión en la disuelta CC) y voto obligatorio. Todo lo demás me parece de una coherencia, de una seriedad respetables, de una impronta que invita a confiar. El ruido chirriante de la derecha, de las voces opinantes afines a ese sector, de los pasillos empresariales y, no olvidar, de ese invento burdo y patético que es el grupo Amarillos por Chile, el cual incluye a Cristián Warnken (otrora comunicador luminoso que invitaba a leer y releer a Gabriela Mistral, Nietzsche, Rumi o Edgar Allan Poe, y que hoy abraza un rol oportunista y desafortunado), a la hora de validar la opción Rechazo, repitiendo que el borrador calca cosas de las cartas magnas de Bolivia y Venezuela (lo de la plurinacionalidad les genera incomodidad), que coarta el derecho a elegir y que, como concepto aglutinador, es o parece un "mamarracho", bueno, eso no hace más que reafirmar mi intención de volver a votar APRUEBO.
Los datos de las encuestas son nada. La apreciación incompleta sobre la supuesta transversalidad del Rechazo es nada. Humo plomizo de olor dudoso. Las reformas en el Gobierno de Ricardo Lagos a la Constitución de 1980 fueron un remix válido, pero hoy esto ya no aguanta. Gladys Marín (QEPD) y Tomás Hirsch, cuando fueron candidatos a la presidencia, proponían el cambio constitucional. Y hoy esa ilusión pasará a ser algo real, si en el Plebiscito de Salida gana el Apruebo. Insisto acá con lo que Sergio Bitar dijo hace poco: El borrador no es ni un mamarracho ni es el paraíso. Lo que se pueda reformar se reformará en el Congreso. Aunque el cuco de la derecha (udiotas, erreenes, evópolis o republicanos, lo mismo da) diga que la "izquierda" acapare todo el poder. A no tener miedo.
En septiembre, YO APRUEBO.
Sí, igual que en el #25O.
Y ese 5 de septiembre, más allá de la alegría de unos y la tristeza de otros, debe ser el punto de partida para mejores diálogos, para hacer que Chile sea un mejor país.
Debemos cumplir con ello.
PRINCESA ALBA Como si Fuese Real (Sony Music) /pop/ La misma Trinidad Riveros que al inicio de este álbum recuerda el impacto de 2017 con &q...