El otro día la luz de un lejano día
de otro siglo perfumado con polvos rosados
se apareció en la silueta de una mujer
encontrada en su propio aire
perdida para el común de los mortales
concentrados en sus aparatos de pantallas tan modernas
ella los miraba encendida en el fulgor
de lo sepia que reinaba en salones curiosos
en bailes finos inagotables el otro día vino
ella a visitar este mundo avanzado supuestamente
sólo sé que limitó su reacción a cagarse de la risa sin perder el garbo.
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