Las cabezas enlazadas en un rincón del dormitorio: cada una con los labios fríos e inexpresivos: con cara de pregunta por la hora de levantarse o comer o trabajar: siguen allí aunque ya no cultivan los besos del pololeo: los manoseos de la disco: la penetración donde sea: la saliva en la cama que hoy es sólo una tabla rutinaria con sábanas: hoy es un escenario aburrido:
hoy es la mortaja parejera anticipada.
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