18 marzo, 2018

PUNTEOS, LOOPS Y DEMASES: Mon sin filtro

Este fin de semana es el que deja al Parque O´Higgins como epicentro de muchos terremotos y temblores de carácter sónico. Dicho de otro modo, está en desarrollo el Lollapalooza Chile 2018. A esta hora debería empezar Lana del Rey su sesión de encantamiento, y más tarde The Killers serán quienes echen el cierre. Pero las cosas empezaron el viernes, con Pearl Jam dándole a sus fanáticos lo que pedían (la transmisión por TV y radio no se autorizó, ya que en el equipo de los de "Given to fly" avisaban que Eddie Vedder tenía la voz maleada; ¿y qué tanto, si Miguel Bosé andaba en Viña con el tarro gastado mas igual entretuvo?), LCD Soundsystem mostrando cómo cuadrar máquinas y guitarrazos atronadores ("You wanted a hit" y "Movement" tenían cara de golazos) y las apariciones de Los Jaivas y David Byrne entre lo más importante. Ayer sábado se generó un desfase en la programación, ya que los equipos de Spoon no llegaron a tiempo desde Buenos Aires, donde igualmente hubo Lolla estos días (hoy no tocó nadie, ya que los rayos y el temporal hicieron estragos en las instalaciones del Hipódromo San Isidro, una pena para los trasandinos): Brett Daniel y los suyos quedaron para hoy. Los Red Hot Chili Peppers dejaron aparentemente conformes a los asistentes en su pase de ayer. Royal Blood, en tres cuartos de hora, la misma cosa, justificando las flores y que se haya considerado en este mismo blog a "Lights out" como una de las mejores canciones de 2017. Pero antes pasó lo que ha sido destacado sobremanera en los periódicos. Mon Laferte llegó con sus secuaces de suspensores, brindando otro de sus shows excepcionales donde el sentimiento latino no es un cliché irritante, por más que muchos usuarios de redes sociales le refrieguen el emoji vomitivo o salgan esos opinólogos como los de VENTANEANDO a hablar estupideces. En la viñamarina, esas historias de amor y sufrimiento son la invitación a entregarse y cantar a grito pelado letras como la de ese nuevo clásico llamado "Antes de ti", o cómo Monse demuestra que Juan Gabriel también es otra influencia clave en su manera de hacer. Entremedio, unos pies de cueca necesarios para que sepan todos que ella sigue siendo chilena. No olvidemos que esta señorita revisó dos momentazos de TORNASOL (2013): "Vuelve por favor" y "Flor de amapola", ese reggae que escribió a medias con Mariel Mariel. El efecto karaoke en "Tu falta de querer" no fue mezquino. Tampoco la energía ska de "No te fumes mi mariguana" y "El Diablo". Esta Mon llegó sin filtro: se quejó porque la organización de Lolla no la dejó usar sus visuales de fondo, y apuntó al maltrato que en festivales locales le dan a sus propios compatriotas, algo que no debería olvidarse (la explicación desde los que manejan todo fue que debían preparar el escenario para lo de RHCP, o sea, logística dura, ya está). Y lo de tirar sus zapatos al respetable durante la misma "No te fumes..." fue realmente divertida. Esta es la Mon Laferte que nos gusta: libre, loca, segura de su potencial desgarrado. No sé si alguna vez saldrá otra que tenga su estela especial, esa que enamora hasta a un crítico del New York Times.

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