INFOLIOS DE ESTE TIEMPO Y OTROS: los males de Calzadilla

para Ernesto González Barnert

Juan Calzadilla es un artista venezolano, destacado tanto en labores visuales (ganó en 1997 el Premio Nacional de Artes Plásticas) como en las escritas. Desde que se iniciara en terrenos poéticos, allá por 1954, le ha dado cabida a temáticas urbanas, en su cariz más inmediato y en lo más profundo, y por igual le da énfasis a su cuestionamiento de la escritura en forma permanente, agregando una fina ironía en torno a los problemas políticos que Venezuela ha tenido, y al hablar sobre el Descubrimiento de América, sin olvidar referirse o mencionar a otros artistas (Dalí, Rodin, Da Vinci, Cendrars, Pessoa, Vallejo, Duchamp, etc.), todo en textos breves. MINIMALES (Monte Ávila, Colección Altazor, 1993, prólogo de Julio Miranda) junta poemas de sus libros publicados durante los ochentas y los primeros noventas, en versiones corregidas y reestructuradas, más otros entonces inéditos, haciéndolo lucir como un libro nuevo, completo y coherente; ya había echado mano del mismo procedimiento en CIUDADANO SIN FIN (1970). Lo que este vate escriba puede ser del gusto de quienes se interesan por poetas norteamericanos imaginistas, el Enrique Lihn de siempre que cuestiona lo escrito, o el Gonzalo Millán de VIRUS (1987). Para ilustrar de mejor manera lo que Juan Calzadilla exhibe en su muestrario de los males mínimos del hombre contemporáneo -y tercermundista, faltaba más-, aquí va una selección de ese libro.


POÉTICA

Desconfía de lo que
brota repentinamente
pero también, y aún más,
de lo que necesita
mucho tiempo
para madurar.

"No sobes tanto", decía
a su alumno el profesor
de escultura. Y a continuación,
terminada la obra:
"Si pules demasiado
obtienes sólo el brillo".


TERCERMUNDISTA

No dé su brazo a torcer.
Dé más bien su alma.
Inclínese
Dóblese
Arróbese
Y, todavía mejor,
Arrodíllese.


LA CRISIS

Dios dispuso de bastante tiempo
para constatar que mi país estaba torcido
y, pese a todo, no pudo enderezarlo
o no se molestó en hacerlo
cuando hubiera podido,
quizás convencido de que era ya tarde
y dejó que siguiera como estaba.
Ahora es difícil hacer algo.
Dios también está torcido
y aquí nadie cree en milagros.


EL DESCUBRIMIENTO

Decir que estaba "a la vuelta de la esquina"
hubiera sido para el almirante
igual que demostrar que estaba "a la vuelta del mundo".
En el primer caso hubiera podido comprobarlo
yendo en línea recta.
Prefirió, en cambio, lo segundo
y dio la vuelta alrededor de sí mismo.
Por eso, ay señor, estamos tan confundidos.


PAISAJE URBANO

En el camino que conduce a la ciudad,
la ciudad es lo último que vemos.
Pero aquí donde estoy,
aquí no hay camino. O tal vez
el camino es la ciudad.
De forma que ésta es lo primero
lo último
y lo único que vemos.


DUCHAMP

Predijo la nada
de la cual, según él,
emergería cualquier desesperanza
por la que ningún hombre
en el mejor de los casos
se sintiera capaz de apostar en arte
ni un gramo de la más menguada ilusión.


COROLARIO

Lo deseable sería que la conciencia del tiempo
no se quedara detrás del tiempo. Pero tampoco
que lo sobrepasara.


DECIR FRENTE A UN PAISAJE

Decir frente a un paisaje:
este lugar nunca estuvo antes.
Para luego constatar que se trata
del patio de la casa donde vives.


IDENTIDAD POR MANDATO

Siempre encuentro a alguien que me sale al paso:
-De acuerdo, reconozco que existes. Lástima
que seas invisible.