MINIMALIAS Y MAXIMALIAS: mis gestos para conmemorar los 40 años del Golpe Militar
Llegado el día en que se cumplen 40 años de ese momento tan horroroso en la Historia de Chile, el Golpe Militar del 11 de septiembre de 1973,un martes de horror como decían Los Tres en "Flores secas", un día sin día como escribió Max del Solar Zamora en "Trilogía de invierno 1", yo también he querido realizar algunos actos para conmemorar esta fecha que todavía nos duele, y los paso a enumerar: 1) compré la edición especial del Clarín chilensis, aparecida gracias al equipo de El Ciudadano, como una manera de resucitar por este día un diario que fue acallado por la Junta Militar tras esa movida infame de Augusto Pinochet y otros; 2) aporté con mi opinión escrita vía plumón rojo en un mural que pusieron a la entrada del Centro Cultural Matucana 100, donde cito el título de un libro de Patricia Lutz y remato a la manera del discurso final de Salvador Allende; y 3) justamente pasé por el monumento a quien fue derrocado hace 40 años, donde hay varias ofrendas florales y carteles para recordarlo. Tres formas justas de vivir nuestro 11-S en pleno siglo XXI. Y también espero seguir devorando 1973 (2003), libro que el poeta José Ángel Cuevas había lanzado cuando se cumplían 30 años del Golpe. Agrego a esta entrada una canción de Jorge González llamada "Allende vive (y yo sé donde)", aparecida en MI DESTINO. CONFESIONES DE UNA ESTRELLA DE ROCK (1999), cuya materia techno rock incluye estos versos: Yo he visto pasar a Allende/no digas que no/ya nadie lo reconoce/parece que se afeitó/maneja una citroneta/con otro motor/equipo con buenos bajos/y ecualizador.
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