CAJA MALDITA: Perla, bocado de telerrealidad

Si se fijan bien, verán que PERLA (Canal 13, domingo después de LOS 80, lunes después de PELELES) es al 2011 que todavía vivimos lo que Don Diablo, ese subproducto sobrenatural de YINGO (Chilevisión), fue al 2010: un amasijo de apariencia banal, pero ensamblado con una solidez que merece aplausos. Gracias a Rodrigo Leiva, productor y director de tamaña obra, las vidas de personajes reales van cruzándose para que la telerrealidad, ese animal caprichoso cuyo espejo devuelve un reflejo peligroso, alcance dimensiones de melodrama circa Corín Tellado. Todo parte con observar a quien le da título a esta serie: Perla Ilich, muchacha que al comenzar las filmaciones tenía 18 años, desea pasarlo bien en su vida de gitana guapa y pechugona (¿irresistible?; por ahí va la cosa), mas su madre espera que se busque un nuevo marido; a los 16 contrajo nupcias (por eso el apellido Ilich), relación que duró pocazo tiempo. Su existencia tendrá acercamientos con la de otros personajes como el también gitano Nine (ex novio, aficionado a la compraventa de autos), Cristóbal (aficionado a los videos caseros y el bailoteo urban), Cony (muchacha con aspiraciones de cantante), Nicolás (adolescente homosexual que se lleva mal con su madre, maquillador ocasional de sus amiguis y que también, atención, suele juntarse con la coquetona Valentina Roth) y los señoritos Dash y Seba, la cuota populais y reggaetonera del cuento. Sirva el cuadro para remarcar asuntos como los estrictos estatutos de una tribu en particular (si hasta a mí me duele que Perlita no pueda emparejarse con Cristóbal, oigan), lo difícil que es criar a los jovencitos hoy por hoy, la indecisión en cuanto a los sentimientos entre los chicos (¿no se supone que Cony y Cristóbal ya no son pareja? ¿Por qué tanto recelo?), cierta hipocresía al encontrar a alguien distinto (a ti te hablo, Cony; al menos reconoció que le carga Perla, pero su cara larga puede esconder algo más...) Matices y esquirlas que no dejarán de rondar en las próximas entregas de PERLA. Los dos capítulos semanales se repiten durante el trasnoche del sábado. Para bien y/o para mal, el conjunto es muy adictivo incluso para los potenciales escépticos o snobs. Lo juro por las bubis de aquella.